
WE STILL ARE A HAPPY FAMILY
Dos ex Ramones extemporáneos se presentaron juntos por primera vez para conmemorar el 30 aniversario del primer concierto de Ramones en Argentina en el estadio Obras Sanitarias. Richie y CJ Ramone se presentaron en Flores para la nostalgia de muchos.

Qué difícil es escribir esta crónica de un modo objetivo, evitando que las emociones se pongan a flor de piel.
El 4 de Febrero de 1987 Los Ramones se presentaba por primera vez en nuestro país en el mítico estadio Obras Sanitarias con un lleno total. Por ese entonces Johnny, Joey, Dee Dee y Richie se encontraban presentando su último disco de estudio Animal Boy publicado en Mayo del año anterior, disco que incluía uno de los temas que se transformará en clásico de la banda, “Somebody put something in my drink”. Aquí comenzaría la historia de un romance que dura hasta hoy.
Richie Ramone daría su única presentación en Argentina formando parte de Ramones.
A exactamente 30 años de esa primera presentación, se logró algo que a esta altura parecía una utopía que sucediera. Dos Ramone se juntarían para dar un show único e irrepetible. Gracias a la labor del productor Mariano Asch, periodista especializado y fanático de Ramones, logró juntar a Richie Ramone, y a uno de los protagonistas del último show en Obras hace 22 años, CJ Ramone (que vale aclarar, nunca tocaron juntos) para dar un único concierto juntos por primera vez en la historia.
Mi ansiedad no podía ser mayor, especialmente luego de la firma de autógrafos que se llevó a cabo en Tienda Catch el día anterior. Era mi primera vez que podía tener un encuentro personal con algún Ramone, ello sumado a que generacionalmente no pude verlos en vivo nunca (en el ’96 me encontraba en 3er. Grado de la primaria) hacía que se me hiciera un nudo en la garganta.
Llegó el Sábado con el típico calor porteño, con una amenaza de tormenta a la vuelta de la esquina. Pero nada podía hacer que los ramoneros que lograron obtener su ticket (y aquellos que no también) sacaran a relucir sus camperas de cuero, sus jeans, sus “sneakers” y su remera setentosa. La Argentina alberga a la mayor legión de punks ramoneros del mundo.
Luego de la foto obligada con el Pinhead en la zona de merch, me dirigí a ver las entradas en calor de esta súper fiesta. Sonia fue la encargada de abrir esta noche histórica. La cantante, a mi entender, tiene una de las mejores voces del circuito punk de la actualidad (quizás la mejor). Sonia contó con participación de CJ Ramone y Daniel Rey en sus dos producciones discográficas, y ha sido ficha segura en los últimos shows de CJ en Argentina. Servicio Secreto dieron el empujón final a un teatro que para ese entonces estaba casi repleto (¿les dije que el show estaba “Sold Out”?) y alimentaron bien la llama punk con la participación de Stuka en guitarra como invitado y el cover de “1, 2, Ultraviolento” de Los Violadores (quienes se estarán presentando en vivo nuevamente el 18 de Febrero en el Teatro de Flores y el 24 de Febrero en Vorterix).
Luego de esto comenzaron los preparativos en el escenario, la adrenalina comenzó a subir, los cánticos empezaron a retumbar por todo el barrio de Flores, que despertaba para este reencuentro único e histórico. Nadie se iba a olvidar de lo que sucedería esa noche.
Y cómo describir las cosas ahora las cosas que pasaron… La intro al show fue una excelente grabación hecha para la ocasión, la voz sin igual del Ruso Verea, Mariano Asch junto a Richie y CJ en Obras rememorando lo que fueron aquellos shows en Buenos Aires. El público se venía abajo, los cánticos retumbaban por todas las paredes. Luego apareció el logo de Ramones aggiornado para la nueva banda que la completaban Mariano Martínez de Attaque 77 en guitarra, y Sebastián Expulsado de Expulsados en Voz: Richie – CJ – Mariano – Seba, 1987 – 2017 y 30 Aniversario, todo adornado con los colores azul, rojo y blanco, en representación a la bandera estadounidense que fuera utilizado en varios de sus shows.
A partir de aquí, comenzaría un viaje en el tiempo que nos llevaría a 1987 para revivir el mismo show que dieron por ese entonces con el mismo setlist. A muchos ya nos corrían lágrimas por los ojos. Los músicos tomaron sus lugares, y como un rayo pasaron Durango 95, Teenage Lobotomy y Psyco Therapy, en menos de 5 minutos. Esta solía ser una brevísima parada pautada, aunque el clamor del público, el aliento de CJ para escuchar aún más el aliento de la gente, hizo que la parada fuera prolongada, una especie de tributo y saludo de reencuentro tan esperado entre ambas partes.
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‘Take it CJ’
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‘One, Two, Three, Four’
Blitzkrieg Bop. Y un grito tan visceral como para que los mismos Johnny, Joey, Dee Dee y Tommy pudieran escucharlo desde arriba. El ‘Hey Ho Let’s Go’ fue atronador.
La lista en ese momento contenía grandes canciones que para ese entonces ya eran clásicos de la banda: Sheena is a Punk Rocker, Today Your Love, Tomorrow the World, Somebody Put Something in my Drink, The KKK Took My Baby Away, Do You Remember Rock and Roll Radio?, Rock and Roll High School, Love Kills, Bonzo Goes to Bitburg, Cretin Hop, I Don’t Wanna Walk Around With You, I Wanna be Sedated, y esto solo por nombrar algunas. Otras canciones de ese set hacía muchos años no se escuchaban como Crummy Stuff o Freak of Nature.
No pudo faltar el momento único del Pinhead ingresando con su cartel que rezaba ‘Gabba Gabba Hey’ aceptándonos como a uno de ellos.
El final del show, como lo fue en 1987, debiera haber ocurrido en We’re a Happy Family. Pero ante una fiesta de tal magnitud, todos se merecían un poco más. Una vez los músicos fuera del escenario, comenzó a sonar la clásica de apertura de gran parte de los shows de Ramones: The Good, the Bad and the Ugly. ‘RA-MOOO-NES’ rugía la gente.
La salida de los músicos dio lugar a un “bonus track” que consistió de I Wanna Live, Pet Sematary (debajo del Teatro de Flores se encuentra un Cementerio de Animales), Rockaway Beach and that’s it… Una hora quince minutos de show, donde pasaron más de una veintena de canciones. Una hora quince en donde muchos volvieron a su adolescencia, otros cerraron los ojos e imaginaron estar viviendo algo que no llegaron a vivir, las sensaciones que recorren el cuerpo de los ramoneros que colmaron el Teatro de Flores son difícilmente explicables.
Voy a tratar de ser objetivo al menos en algunas líneas de esta crónica/relato. La organización del evento, tanto desde el día de la firma de autógrafos, como hasta el final del show fue impecable, el sonido fue excelente, y si bien durante la presentación hubieron algunos ‘pifies’ muy probablemente producto del poco tiempo de ensayo que tuvo el cuarteto, la emotividad y el contexto histórico del concierto hizo que los mismos pasaran a un segundo, tercer o cuarto plano.
El Sábado 4 de Febrero se vivió una verdadera fiesta Ramonera, una celebración de los 30 años del primer show de Ramones en Argentina a la altura, y ojalá este evento histórico pueda repetirse nuevamente, tanto en los escenarios argentinos, como en el resto del mundo.
Texto: Mariano Merlo
PH: Marcelo Restaino

