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THE BLACK SABBATH END – LA ÚLTIMA MISA NEGRA

El pasado 26 de Noviembre, los pioneros del heavy metal, Black Sabbath hicieron su presentación en el Estadio de Vélez Sarsfield en el marco de su gira despedida “The End”.

PH: Mariano Merlo

Una multitud se acercó a celebrar la despedida de una leyenda viva, de los creadores del heavy metal, de una banda que formó parte de esos gloriosos 60/70’s que tantas bandas increíbles nos han dado. Una multitud se acercó a despedir a la mítica Black Sabbath, a cerrar un ciclo, a escribir “The End” en su libro biográfico.

Esta despedida con su formación casi completa (ausencia del baterista Bill Ward) me hizo pensar en cuántas sensaciones encontradas podrían estar sintiendo aquellos que están pisando o pasando los 50 al ver que la banda con la que se abrieron las puertas de su cultura musical estaban diciendo chau, hasta acá llegamos, dejaremos un legado detrás.

Mucha de esta emoción se pudo sentir en el Estadio de Vélez, especialmente luego del gran cierre de Rival Sons (banda a recomendar, con un muy buen sonido en vivo y grandes músicos) en donde la cuenta regresiva comenzó su marcha y la algarabía de la gente comenzó su ascenso que explotaría con los primeros riffs de Black Sabbath.

Y creo que acá más de uno va a coincidir conmigo, el gran y único (“the One and Only” diría Ozzy) sinónimo de riffs es el gran Tony Iommy, el alma mater de Sabbath, quien superó el accidente que le costó las puntas de sus dedos medio y anular adoptando prótesis de goma y bajando la afinación de la guitarra dándole ese sonido tan particular al género, llegándolo a catalogar como el “Padre del Heavy Metal”. Tony se encuentra luchando contra un linfoma, uno de los factores que los llevaron a tomar la decisión de terminar con Black Sabbath.

Ozzy redondeó una actuación correcta, moviéndose en un rango de voz en donde se siente cómodo especialmente para aquellas notas altas a las que se le dificulta llegar. También cedió un poco el protagonismo hacia Tony, y no se lo vio tan arengador ni tan activo como en actuaciones anteriores. No obstante Ozzy es tanto como todo lo que representa él, no solo como cantante, sino como personaje de la escena rockera en general.

Geezer Butler construyó con su bajo el camino rítmico por el que transitaría la misa, con mucha presencia, destacándose en temas como War Pigs o N.I.B..

Promediando el show, el joven Tommy Cufletos se despachó con un increíble solo de batería, algo que seguramente le sirva al resto de la banda para recomponer energías para proseguir con la parte final de la presentación. Tommy demuestra ser un gran músico, inyectando de potencia y energía a sus compañeros.

El cierre estuvo a cargo de Paranoid, con la gente saltando y moviéndose de un lado a otro, formando la famosa marea de gente vista desde arriba. Espectacular. ¡Qué respuesta del público sucumbiendo ante la magia de un cierre definitivo!

Luego la oscuridad, “Zeitgeist” de fondo, las reverencias de y hacia los músicos, los agradecimientos por estos casi 50 años de música. 50 años… Increíble.

Texto: Mariano Merlo
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